Cada día, toneladas de restos de comida, cáscaras, podas y otros residuos orgánicos se desechan. Pero lo que muchos consideran basura, en realidad es una fuente valiosa de energía renovable.
¿Cómo funciona?
Los residuos orgánicos pueden convertirse en energía a través de un proceso llamado digestión anaerobia. Este sistema utiliza bacterias que descomponen la materia orgánica en ausencia de oxígeno, generando un gas llamado biogás, compuesto principalmente por metano (CH₄) y dióxido de carbono (CO₂).
Este biogás se puede usar como combustible:
– Para generar electricidad y calor
– Como gas vehicular (biometano)
– Para alimentar procesos industriales
– Además, el material restante del proceso, conocido como digestato, puede usarse como fertilizante natural (Compost).
Beneficios clave:
– Reduce la emisión de gases de efecto invernadero
– Disminuye la cantidad de residuos enviados a vertedero
– Genera energía limpia y local
– Cierra el ciclo de los alimentos de forma sostenible
Ejemplo real:
Proyecto “Hoteles Circulares”: Los hoteles producen el residuo orgánico (FORM) que llega a las instalaciones de TIRME, donde se utiliza para generar biogás que se convierte en electricidad 100% renovable. También se obtiene un compost orgánico, de gran valor nutricional para los suelos y cultivos. Este compost es utilizado por agricultores para fertilizar sus campos y obtener productos agrícolas que son devueltos a los hoteles que habían aportado la materia orgánica original, cerrando así el ciclo.
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